Nortinas inspiraciones

A caballo regalado...

Sé que en más de una ocasión (de hecho casi siempre), me he mandado seudo-discursos reprobatorios en contra de esta ciudad, que al fin y al cabo me cobija ya durante poco más de diez años.

Siento la necesidad, hoy y no sé por qué motivo, de repasar las cosas que por lo menos me han hecho estar agradecida de estos terruños predilectos del mar y el desierto.

¿Qué imágenes se me vienen a la mente cuando pienso en estos años vividos en la "perla del norte"?:

- Haber conocido a gente que realmente vale la pena.

- Haber participado en algunas instancias que me permitieron encontrarme conmigo misma y reconocer la fuerza interior que tengo dentro (bien escondida por cierto).

- Ver el cielo al atardecer estival.

- Sentir qué es el amor de verdad y el que sólo busca la conveniencia individual.

- Muchas otras cosas que quizás ahora no puedo o no quiero decir. Imaginario personal.

Además de todo aquello, la ciudad aparte de su gente apática, los bares de mala muerte, el barrio rojo, la mugre por todos lados, los hoyos y la caca de perro, el excesivo número de palomas, las mujeres "calentonas" quita maridos, los turnos 7 por 7, 10 por 20, 5 por 5, etcétera y más... igual le tengo cariño, si ¿para qué estamos con cosas extrañas?.

Llegué acá a las 12 y me iré a los 24. una mitad se quedará acá. Eso no lo dudo.

Pd: a todos aquellos que lean esto y recuerden mis seudo - discursos les digo: ¡sí! hay momentos también para agradecer.