Ojos (semi)abiertos
Puertas que suenan sin piedad, un gallo desafinado que canta a deshoras, voces desorientadas que gritan al son del silencio y ojos que no quieren ser despertados. No nos molesten, estamos exhaustos.
El bostezo se hace eterno y las palabras no brotan de ningún lado.
El cuerpo sólo busca el calor arrebatado de otros días.
- No puedes. No debes. No es correcto.
Escucho al gallo y su desafinada e inconclusa melodía y pienso. Pienso... pienso, y no llego a ninguna respuesta.
- ¿Cuándo llegará aquel día?.
Al resto le da lo mismo, incluso hay algunos que prefieren no tener en mente pensamientos como aquellos.
- ¿Para qué si estamos bien así?.
Yo, al contrario una vez más, viajo alrededor de las flores (aún) y no me da pudor. Me subo en un triciclo y recorro en círculos brillantes que desearía tocar con la punta de mis dedos. Pienso en eso... aún viajo alrededor de las flores.
1 comentario:
Gracias por rodear mi apellido (Burp!)
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