Sin zapatos

Ruidos silenciosos
Primer peldaño y los zapatos molestos con el ruido deciden guardar silencio hasta llegar al número cinco.

Se huele ya el plato del segundo piso. Algo así como lentejas, porotos o garbanzos se están sirviendo en la mesa y los comensales se disponen al "ataque".

- ¿No es acaso el día lunes el "día de la legumbre"?.

Tercer piso y la música retumba en los oídos. Las puertas y ventanas están cerradas, sin embargo la vida se cuela por los hoyitos del concreto y la melodía invita al lavado de platos.

Cuarto piso y ya van más de veinte peldaños. Los pies sacan la lengua y las piernas piden un poco de vida nómade.

La ventana que da a la cocina suelta algo parecido al humo del incienso.

- ¿Qué fragancia es la que eligieron esta vez?

Quinto piso y el silencio se apodera de las verdes paredes. La llave gira y logra abrir la puerta que también tiene algo qué decir.

Silencio... silencio. La radio, televisión y ducha están apagados. La respiración agitada es la única que habla al momento.

- ¿Almuerzo?

La hora ya se acerca y los ojos se cansan. La tarde está ideal para ir a la playa. Las cortinas se cierran y los ojos también, aunque sea por algunos minutos.