sábado, noviembre 12, 2005

Voladuras de techo

Un viaje por el pestañeo
¿Cuánto se demoran los ojos en pestañear?, ¿lo hacen en forma perfecta y simultánea?, ¿cada cuántos segundos?... Preguntas de infancia al igual que aquella que decía ¿cómo uno podría respirar al mismo tiempo que la otra persona sin ponerse de acuerdo? (o algo así).
Los ojos pestañean y por milésimas o millonésimas de segundos, me transporto hacia otras dimensiones. La nave me espera y los tripulantes me avisan que podré ver las estrellas.
- Está despejado el cielo hoy.
La micro viene y va, las calles abundan y la gente también.
Vuelvo a pestañear y ahí está: el espacio para mí sola. Estrellas, y una serie de "elemetos cósmicos" danzan en mi honor. Fugaces como algunos amores, entonan hermosas o fermosas melodías.
Las líneas amarillas del TransAntofagasta me indican que queda poco para aterrizar, la gente sube, la gente baja. Se apelotonan.
- Los estudiantes, den el asiento pues.
Y pestañeo. La nave enciende sus luces y en el oído siento unos zumbidos que me dejan perpleja. Los colores varían: azul, verde y amarillo. Las estrellas son para mí.
- Me deja en la esquina por favor.


After that: no, no me fumé ni tomé nada.

4 comentarios:

Deckard dijo...

Si juntaramos todos los pestañeos de nuestra vida, ¿cuantas horas tendriamos los ojos cerrados? ¿Cuanto rato pasaremos en esa dimension?

Un beso guapisima. Me encantaria juntarme con don Kral y contigo para tomar unas copas escuchando una buena seleccion de musica. Cuando viaje a Chile os lo haré saber, ok?

Oscar Flores dijo...

Transantofagasta: uniformidad y señalética coactiva para calmar a los gorilas de los volantes.

Me gusta mirar el paisaje urbano/humano cuando voy para el centro. Si alguien me ve así alguna vez se dará cuenta que tengo cara de loco y un hilito de baba colgando. Me pierdo en Antofa y su gente.

Bueno, ahora me pierdo en Canaán, Jerusalén, Jordania, intifada y guerra de seis días...

Saludos

Andres dijo...

Te has percatado que a veces la micro avanza y no te lleva a ninguna parte. Siempre te muestra lo mismo, nada nuevo. Ojala un día tomar la micro línea 7 entre todas sus vueltas me deje en Viña, en el paradero de la plaza forestal. Bajarme y tomar el 31 para luego pestañear y despertar en casa.
Me gusto tu blog y más aun su contenido.

Daniel Méndez dijo...

yo cuando chico me preguntaba como los hombres sabían que las horas tenían 60 minutos y los minutos 60 segundos?

Esa interrogante se volvía insoportable cuando me ponían a contar los segundos del reloj y me daba cuenta que nunca marcaban 60 segundos en total... siempre eran 53, 55, 57, 62... :s

En fin...

Saludos desde el pc de mis familiares santiaguinos...