Miauuu, miauu...
- No te acerques mucho, que te puede morder.
¿Morder?. Curie es definitivamente extraña. Ladra (o gruñe como perro, es igual), rasca las puertas, persigue la pelota y la trae para jugar con ella.
Se pasea como sacando pica. Lentamente y meneando la cola de un lado a otro. Saca chispas de desesperación.
Recuerdo el día que llegó a mi casa. Cabía en la palma de mi mano. Sensible, tierna, querendona.
Sin embargo, a los 5 minutos de tenerla, mis ojos se enrojecieron y de mi nariz corría un río desagradable.
- ¿Qué es esto?. Preguntó mi papá un tanto ofuscado.
- Un gato. (Respueta obvia).
Pocos días se sucedieron hasta comprobar que mi alergia a los gatos era algo inevitable. Y yo con uno en la casa.
En fin, el resultado del test cutáneo era definitivo: "usted es alérgica a los gatos".
Y así se dio la historia. Yo aquí en casa con un gato que al parecer siente mi desesperación. Se recuesta a mi lado, se sacude cerca mío, me estornuda... etc.
Las palabras de mi madre fueron claras: "no se va. La gata no se va".
Y así. Madame Curie se pasea meneando la cola de un lado a otro como queriendo aparentar clase. Yo aquí estornudando serpentinas.
After that: lo más probable es que no alcance a estar antes del 2006 por aquí. Es por ello que les deseo a todos un muy feliz año nuevo. Siéntanse felices con ustedes mismos, luego, repartan abrazos.