domingo, julio 31, 2005

Dos perfiles


De nosotros
Ángel y Tierra
suavidad y estruendo
aire y luz
silencio y agonía constante
dulces melodías y exquisita acidez
Ángel y Tierra
(aquí unidas las sombras
del recuerdo presente)

Orejas de pescado


Hablándole a una helada pared

¿Siempre fue sólo un juego?. No tengo mucho qué decir al respecto, sin embargo, lo que recuerdo y que vale la pena mencionar es que hay ocasiones (sólo algunas en mi caso) en que uno está cien por ciento seguro de lo que quiere, sin que las dudas y los arrepentimientos vengan ni siquiera a visitar la conciencia para remecerla y hacer que uno "se eche para atrás".
El problema viene cuando al otro lado del espejo, aquella sombra se convierte en un gran témpano de hielo: impenetrable, frío, sordo.
Tratar con él era (casi) imposible. Los gritos y sobre todo las ofensas se apoderaban de su boca para ametrallar contra la sombra afable, aquella que siempre estaba ahí para darlo todo, incluso la vida.
Creo que nunca he odiado a alguien, sólo he sentido incluso náuseas frente a ciertas personas, que más que eso son frente a ciertas "¿virtudes?" las que me provocan un revoltijo único en el estómago.
Ahora puedo decir que sentí alguna vez la repugnancia y odio por alguien. Las lágrimas cayeron en forma gratuita. No las mereció nunca.
Pd: las cosas se dicen frente al espejo. De hecho, de mi boca han salido bastantes, todas en vano.

sábado, julio 30, 2005

Conexiones


(De la TV al oído)

Black Box Recorder, 'The Facts of life' (2000)

Debo reconocerlo: me agrada la música que emana de las series de televisión. De teenager a clásicas, románticas y de humor. Da igual.
Ahora debo reconocer otra cosa: sí, veía la serie "Gilmore Girls". Todo esto cuando tenía otro tipo de conexiones televisivas que sobresalían a la divinidad de la televisión abierta. (una vez más, "no tengo cable").
Allí escuché varias tonadas que en el caso de las situaciones vividas por Lorelai y Rory eran casi todas iguales. Sin embargo, me atreví a buscar la banda sonora (si es que existía) de la serie y la encontré gracias al siempre bien ponderado Emule.
El asunto es que hubo una melodía que me agradó más que el resto (incluso más que el tema central interpretado por Carol King). Se trataba de 'Child Psychology':
I stopped talking when I was six years old
I didn't want anything more to do with the outside world
I was happy being quiet
But of course they wouldn't leave me alone
My parents tried every trick in the book
From speech therapists to child psychologists
They even tried bribery
I could have anything, as long as I said it out loud
Life is unfair, kill yourself or get over it
Life is unfair, kill yourself or get over it
Triste, muy triste canción. Eso me agradó. Indagué nuevamente en la web de todas las canciones www.allmusic.com y encontré que se trataba de Black Box Recorder. Esta agrupación inglesa (hermoso acento el de la vocalista) está compuesto por uno de los ex miembros de Auteurs Luke Heines, el ex Jesus and Mary Chain, John Moore y la tan inglesa Sarah Nixey.
Fueron ellos mismos los que a través de 'Child Psychology' se introdujeron en los medios siendo censurados por las radios británicas por la frase "Life is unfair/Kill yourself or get over it". Esta canción pertenece al primer disco de la banda 'England made me' (1998).
Por mi parte, me encargué de bajar el disco 'The facts of life', pues era el que tenía más "estrellitas pintadas" lo que es para mí un buen consejo a la hora de escuchar grupos que en mi vida habría descubierto.
Muy bueno. La voz de Sarah es decidora. A ratos pareciera francés lo que habla. Qúizás puedo estar diciendo burradas, pero eso es lo que mis oídos perciben.
Susurra, sólo habla, hace juegos de voces con otro de los integrantes, su voz sube dulcemente en 'The art of driving'. En 'Weekend' es fina, a ratos todo se vuelve más melodioso y luego vuelve a la quietud.
Datos:
Las canciones en 'Facts of life' no duran más de dos minutos.
Black Box Recorder tiene claras influencias de David Bowie y de Angelo Baladamenti.
Artistas similares: Pulp, Portishead, Goldfrapp.

viernes, julio 29, 2005

Promesas en la viga


Cuerda ¿floja?
Sólo puedo preguntar: ¿qué es lo que está pasando?. ¿Por qué todo terminó en esto?.
Escucho un sonido apestoso en mis oídos. Es una especie de "pito" que no es ni siquiera intermitente, sino que está constantemente aquejando en mi interior (piiiiiiiiiiii, piiiiiiiiiiii). Apesta, así como apestan las determinaciones baratas que se toman a la ligera y sin pensar en ti. Sin pensar en mí. Sin pensar en nosotros.
Me gustaría escuchar ahora mismo 'Everybody hurts' de REM...
Well, everybody hurts sometimes,Everybody cries.
And everybody hurts sometimes
And everybody hurts sometimes. So, hold on, hold on
Hold on, hold on, hold on, hold on, hold on, hold on
Everybody hurts. You are not alone
Y aunque al final la tonada es entre melancólica y esperanzadora, cada vez que la escucho sólo puedo estampar en mi mente el 'Everybody hurts' que emana del hace poco descubierto gay por mí (sí, hace poco ¿y?) Michael Stipe.
¿Por qué sólo esa frase se queda aquí? y el 'You are not alone' ¿en qué momento se inserta?. Difícil pregunta.
Se me vienen a mi mente todo el montón de ideas que tuve para el futuro. Algo concreto e idealizado a la vez. La meta perfecta que luego se destruyó por culpa ¿de?. Aún esa respuesta no se presenta ante mis ojos ni los ojos de tú, ya que al parecer nadie lo es o por lo menos ninguno y todos al mismo tiempo se la adjudican.
Quisiera mandarme a cambiar aquí mismo, pero dando un salto hacia el infinito, girando y luego atravesando en un solo pie por la calle en el momento en que la gente pasa, transita, vomita, observa, ríe de todo y rie de ti.
Porque al final 'Everybody hurts', incluso yo.

jueves, julio 28, 2005

Sutilezas de mujer


Aimee Mann
'The forgotten arm' (2005)

Recuerdo a Aimee Mann. No tenía idea de que esta rubia y norteamericana cantante existía hasta que escuché su voz hace un par de años mientras veía el filme 'Magnolia' (1999) de Paul Thomas Anderson en uno de los canales del cable (cuando tenía ese tipo de conexiones).
Además de observar la película como un espectador más, coloqué atención en aquella singular voz: femenina, potente y sutil a la vez, lo que me produjo indescriptibles sensaciones, la más cercana fue identificarme con la melodía empalagosa, pero agradable de la artista, que aún no sabía de quién se trataba.
En una de mis visitas a Santiago con mi familia (cuando aún estábamos los que éramos), pasamos a una de las multi - multi tiendas que hay en el sector poniente de "Chago city". Como suele pasar, en la época estival existe una variedad incalculable de liquidaciones y mega ofertas en todos los departamentos, cosa que la mayoría de las mujeres (y algunos hombres también, para qué estamos con cosas) aprovechan para deleitarse hasta más no poder.
Y ahí estaba yo. En mi etapa en la cual adolecí de muchas cosas siempre traté de ir en contra de lo que estaba al alcance de la mano. Es por eso que me metí a indagar dentro de los Cds en oferta. No recuerdo qué era lo que estaba de moda, pero quedé impresionada cuando encontré el soundtrack de Magnolia. Allí, allí mismito en donde estaban otras pachanguerías, estaba Aimee Mann... ¡Y en oferta!.
Allí la conocí. Convencí a mi papá para comprarlo y feliz me lo llevé a mi casa. Aún escucho con ansias cada una de las canciones que compone el disco: nueve tracks de Mann y dos de otros artistas. Simplemente excelente. Pero la historia no acaba aquí.
Don Kral en una de sus incursiones, llegó con el último trabajo de esta rubia norteamericana que por cierto comenzó su camino por la música en 'Til Tuesday', banda conocida por su tendencia new wave durante la década de los ochenta. Después de tres producciones con aquella agrupación, Aimme abandonó el grupo parta comenzar con su carrera como solista.
En la revista Fin de Semana en donde desarrollé trabajos periodísticos y de lobby (¡ja!), escribí lo siguiente con respecto a 'The forgotten arm':
"... . Esta placa recién salida del horno, contiene doce canciones que manifiestan diferentes estados en la intencionalidad de Aimee. Si bien las melodías intentan seguir un hilo conductor, eso no significa que el disco sea una continuidad monótona, al contrario, el correr de los minutos se hacen amenos, lo que invita a escucharlo por más de una vez".
" 'The forgotten arm' es una producción de 2005 convertida en un ir y venir de sensaciones simples como mover el pie al compás de la música, o tratar de esconderse en lo más recóndito del silencio melodioso de Aimee Mann".
Whatever, 1993
I'm with stupid, 1995
Bachelor no.2, 2002
Lost in space, 2002
The forgotten arm, 2005

miércoles, julio 27, 2005

¿Bailemos?

Nunca me he considerado alguien a quien le gusten las rosas, las cartas de amor, los vestidos de novia ni los chocolates en forma de corazón.
A pesar de eso, debo morderme la lengua por todo lo que he despotricado en contra del amor, porque cuando te abre el cerebro, lo invade y sin quererlo te conviertes en un ser rosado. Eso si: aún no me gustan los vestidos de novia.
Rayuela (capítulo n° 7)
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertada elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez de cerca, y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios y apoyando apenas la lengua entre los dientes, jugando entre sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o peces de movimientos vivos, de fragancia dulce, y si nos ahogamos en un breve terrible absorber simultaneo de aliento, esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar a contra mí como una luna en le agua.
Julio Cortázar

Eterno círculo


¿Qué?

Sinceramente no entendía su actitud. A ratos pareciera ser el individuo más "querible" del planeta, gracioso y risueño hasta morir... . Vil mentira (al parecer y según los evidentes datos) porque detrás de la puerta, al cerrarla y después abrirla era el que hace un tiempo se muestra: odiable hasta despertar. Si dirigirse hacia los demás en forma decente no es tan difícil, sólo hay que proyectarse en forma celeste, redonda y liviana.
Acumuló ira en contra de su persona como quien intenta repletar una botella de agua estrangulándola una y otra vez hasta hacerla vomitar.
Sólo bastaba decir: "adiós y que pases una buena noche".
¿Será uno u el otro el culpable de todo?

martes, julio 26, 2005

Por presa III

Tropezar, caer, permanecer. (Parte III)
(Antes parte II)
Trato de recordar mis manos. Eran blanquísimas, delicadas y suaves, a lo mejor las tenía así por que jamás en mi vida hice algo en casa, para eso había gente que trabajaba en eso y que por cierto lo hacía bastante mal. Pero bueno, el asunto es que mis manos eran todo y a pesar de no recordar que era antes de estar aquí, recuerdo perfectamente (quizás lo haga por que es obvio), lo útiles que eran. Con ellas traté de entregarme al máximo, ya sea mediante cariño o golpes, según fuera la ocasión.
Ya no tiene sentido seguir sintiendo algo con esta poca existencia que me va quedando, sólo desearía permanecer aquí sentada, acostada o como más me acomode sólo a esperar que venga alguien o algo a rescatarme. Ya no me siento tan bien y si dependiera de mí, me arrancaría ambos pulmones y los tiraría lejos, pero como mis manos ya no me cooperan tendré que esperar a que ellos solos decidan suicidarse y terminar también con mi vida.
Estoy aburrida. Me gustaría tener por lo menos un poco de calor aquí, mi cuerpo está comenzando a congelarse y a sentir escalofríos... ¡qué extraño!, comienzo nuevamente a
sentir mis brazos, mis manos, mis pies y mi cabeza. Ahora logro ver otra vez, aunque no me sirve de mucho por que todo lo que me rodea está en absoluta oscuridad, pero por lo menos tengo todo bien puesto y en orden. Vuelvo a ser feliz, trato de encontrar una salida, comienzo a sudar de una manera exagerada y en oposición al tremendo frío que me envuelve. Escalo por la inmensa montaña, la luz viene hacia mí, veo gente, veo colores. El existir se me hace fácil, todo claro, todo real. Siento amor, siento cariño y lealtad, siento guerra, hambre y frío y cuando ya comienzo a ver la luz como parte de mí y como única escala para subir por este abismo que me mantuvo prisionera por tanto tiempo, mis pulmones deciden cortar el camino, y pasar a llevar todo lo que me costó llegar hasta acá. Deciden terminar con su vida... y con la mía. En ese instante me sentí dentro de un gran abismo.

lunes, julio 25, 2005

Por presa II


Tropezar, caer, permanecer. (Parte II)

Realmente ya no sé que hacer. Trato de seguir respirando tranquilamente, pero todo se me viene encima como una gran avalancha de cosas sin sentido. Cosas tan intrascendentes como la fecha de hoy o qué habrá de comer en casa y estupideces de ese estilo que me impiden estar en paz y si tuviera ojos no podría cerrarlos de la preocupación. Porque, es cierto, nunca he podido dejar de captar hasta los más pequeños detalles de todo y hacerlos tan gigantes como este abismo incluso más monumentales convirtiendo todo en un problema de magnitudes insospechadas y con resultados inciertos.
Por más que trato de concentrarme para ver si puedo percibir algo más que lo poco y nada de cuerpo que me queda, no puedo hallar nada que sentir, todo sigue siendo desconocido para mí, incluso lo que con mi ser puedo tocar.
Siento deseos de reír, reír irónicamente de absolutamente todo lo que alguna vez pude imaginar. Reírme por ejemplo de esas ganas de volar. Volar tan alto como pudiese y así poder llegar a tocar el infinito y más allá. Reírme de aquella vez que se me ocurrió dormir eternamente, pero seguir viva y poder penetrar en todos los cuerpos que quisiera para contemplar así las distintas vidas que existen en este mundo. Reírme tan sólo de la idea de volver a nacer. ¿Para qué?, si ya todo lo vivido está hecho y no me arrepiento de nada, es más, el noventa por ciento de lo que en mi existencia logré hacer, fue exclusivamente porque yo lo deseé y el diez por ciento restante fueron obligaciones humanas normales y acordes a lo que iba viviendo sin que éstas afectaran la rotación de mi planeta.
Ahora sólo quiero permanecer aquí, sintiendo como mis pulmones aún quieren darme la facultad de respirar, no sé para qué, pero como dicen por ahí: "siempre puede ocurrir algo en el último momento...".
¡Hey!, ¿ y si quizás esto es sólo un mal sueño?. A lo mejor, y lo más probable, es que en un momento más, alguien venga a despertarme para ir al colegio, o despertaré sola para ir a la universidad, o también podría ser al trabajo... .¿Qué es lo que hacía antes de caer aquí?. No tengo ni la más mínima idea de que es lo que era mi vida, mis costumbres, mi forma de ser, etc. ... ¡Ah!, eso debe ser porque mi memoria se fue con mi cabeza y todo lo que había almacenado allí se fue, voló, desapareció. Creo que esa es la teoría más acertada que he tenido de algo en mi existencia, lo que no sé es como se me ocurrió si..., bueno eso ya lo he repetido más de tres veces: NO TENGO CABEZA.
Lo más raro de todo esto es que no extraño a nadie, es más, no me acuerdo de ningún ser y no siento esa nostalgia al recordar "viejos tiempos" y todo eso. Puede existir la posibilidad de que allá arriba tampoco nadie se acuerde de mí, si es que logré entablar algún tipo de relación, por que tengo el leve presentimiento de que yo no era una mujer muy apreciada por los demás. ¿Mujer?, ¿seré mujer?... ya ni siquiera logro reconocer mi sexo... a ver..., sí!, soy mujer (menos mal que aún conservo mis manos).
¿Será posible que allá arriba haya sido tan insoportable?. Bueno, debo reconocer que en ocasiones ni yo misma me aguantaba y eso ahora se demuestra claramente, ya que hasta mi propio cuerpo me abandona y me deja aquí abajo y lo que estoy sintiendo ahora no es digno de ser mirado y agradezco no tener ojos para contemplar como mis brazos también se alejan de mí. Esto me está produciendo un dolor inimaginable, no así con mi cabeza y mis pies, ¿por qué?.

Por presa I


Tropezas, caer, permanecer. (Parte I)
Antes de leer: este texto concursó bajo los ojos del señor Jorge Edwards en 2000... no ganó (a los 19)
En ese instante me sentí dentro de un gran abismo, uno muy profundo, en donde nadie podría ni siquiera atreverse a mirar, ya que el negro intenso que se suponía se vería desde arriba era simplemente aterrador. Mi cuerpo estaba agotado, sentía un cansancio tremendo, mis articulaciones sólo atinaban a apuntar todas hacia abajo, lánguidas así como un viejo muñeco de trapo que ya no tiene ganas de jugar. Sólo quería descansar. En muchas ocasiones intenté mirar hacia arriba en busca de cualquier cosa, aunque fuera estúpida, pero por lo menos me diera una posibilidad de saber que había algo más allá arriba que simple vida. Traté de aferrarme a cualquier cosa: a mis costumbres, a mis ideales, a mi fe, a una piedra..., sin embargo, nada era satisfactorio, todo era inútil. Sentía ese ahogo, esa angustia que a ratos me hacía casi imposible continuar respirando, y que por ende me obligaba a rasgar mi piel, de la cual comenzó a salir un extraño líquido rojo ¿qué habrá sido?, aún no lo puedo descifrar. Si tuviera que describir el estado en que estaba, se me haría muy difícil, pero lo que más se asemeja a como me sentía, era a un rollo de cartulina después de una disertación: olvidada, botada, dejada de lado, inservible... ya nadie me necesitaba. Quizás es fácil entender mi situación, pero ¿vivirla?. vivir en ese estado y durante tanto tiempo no es nada fácil y sobre todo si se está acostumbrada a ser algo más que individuo e incluso algo más que persona.
Estaba atada a todo. De mis pies brotaban raíces, las cuales se entretejían en el suelo y formaba una gran red que era imposible de desatar. Ahogo, ahogo y más ahogo, era todo lo que expresaba mi cara... . ¡¡¡Mi cara!!!, ¿en dónde está mi cara?. Nadie podría imaginarse como es de absurdo no saber en donde dejé mi rostro..., ¡¡¡pero si yo lo vi hace un segundo!!!,
estaba a mi lado, no en mí, sino más bien junto a mí. Sentía como uno de mis
ojos, el derecho, me miraba incansablemente, y para peor lo hacía de "reojo". Sin embargo, mi cuerpo podía percibir fácilmente como el órgani izquierdo no me dirigía "mirada" alguna, al contrario, todo lo que enfocaba era hacia el suelo.
A pesar de todo, me quedaba todavía un mínimo porcentaje de tranquilidad al sentirme aún dueña de la clavícula para abajo, pero de qué "rayos" servía... ¿"DE QUÉ RAYOS"?, ¿y esa expresión sacada de película?. Ya no sé ni qué pensar ahora que no tengo cerebro... quizás nunca lo tuve y ahora sólo pretendo haber perdido algo de inteligencia y capacidad para decir cosas coherentes. Me conformo con no tener ambas cosas, pero por ningún motivo me alegraría de comenzar a mencionar palabras como "cáspitas", "recórcholis" o "huichichiu".
¿Qué está pasando?, ¿por qué mis pies se están desprendiendo de mis tobillos?. Quizás quieran emprender un viaje hacia cualquier lado menos en dirección a mí... sí quizás eso sea. Pero, ¿qué motivos tendrían para alejarse de tan lindas piernas?. ¡Ja!, recuerdo que una vez... .No, eso no viene al caso. La cuestión es que mis pies ya no me acompañan, es más, ellos sí pueden escalar por la inmensa montaña que forma el abismo ¿ y por qué yo no?. Ahora no hay más remedio que arrastrarme y tratar de tantear el terreno por donde voy pasando. No tengo noción
ni del tiempo ni del espacio. No tengo cerebro, tampoco instintos. Soy sólo un pedazo de carne inservible. Y si soy sólo eso ¿por qué aún tengo ganas de arrastrarme?. Lo único que me hace inmensamente feliz en este instante es sentir mis manos, ambas con cinco dedos (aún). Agradezco no tener en estos momentos ganas de comer, ya que a pesar de no tener boca, aún tengo estómago y el hambre en muchas ocasiones es incontrolable.

En un velado encuentro

Cortometraje fotográfico
Tenía la foto allí, cerca mío. Estaba intacta, me agradaba y nunca pensé en su destrucción, al contrario, creí que habría ampliaciones, copias, enmarcados clásicos y vanguardistas. Todos pensaron que perduraría.
Eran cuatro individuos posando alegremente. Siempre estaban metidos en constantes discusiones, pero no por eso abandonaban los márgenes del papel. El mayor de ellos era bonachón "con cara 'e buena gente" y al mismo tiempo silencioso; el que le seguía un tanto retraído, enajenado en ocasiones y siempre bien perfumado. A su lado estaba el tercero en edad: también retraído como el segundo, miedoso, cobarde y a ratos (pero sólo a ratos) feliz. Por último, el cuarto y el más pequeño era tan solo una tabula rasa que aún no tomaba partido en ninguna situación. Sólo se dedicaba a observar.
A pesar de tener en mis manos ese trozo de papel con aquellos personajes, no me percaté de la hendidura que a modo de prepicado dañaba el material. Poco a poco se fue cortando en cuatro partes iguales sin que nadie pudiera dar fe de lo que ocurría en el material a todo color.
Pasaron los años y la fotografía terminó por romperse. El momento preciso del accidente fue tan silencioso como el camino a su muerte.
Ahora, los cuatro personajes que posaban "felices" tienen la (in) felicidad de seguir posando. Todos en diferente frecuencia, siendo lo más trágico de todo el encuentro: aún invisible.

domingo, julio 24, 2005

Cuac - cocorocó

El año de la flor negra

A pesar del frío y de mi moquillenta y desgraciada tos, asistí a la Plaza Sotomayor a ver a los Patogallina. El 2002 fuimos a ver con Kral "El Húsar de la muerte", de la misma agrupación y sin más palabras que éstas: quedé alucinando. De hecho, esta vez fue exactamente igual.
Quizás mis palabras no alienten y no cause en nadie la gracia de ver la obra o por último la inquietud de saber más de ella, pero quiero decirles que pocas veces en mi vida me he emocionado al extremo de llegar a la cuasi - lágrima.
No quiero parecer llorona (aunque a veces lo sea), pero "El año de la flor negra" es un montaje que podría ser catalogado de genial. La escenografía es excelente y lo mejor de todo es que los recursos utilizados para construir sobre el escenario son al parecer mínimos lo que convierte todo en una espacio aún más llamativo.
Música en vivo llenando el ambiente. La Patogallina sound machine es la encargada de ponerle el "swing" al asunto, mientras que los actores hacen lo suyo en las tables (esta vez, en la cerámica). Las luces, el movimiento y la gente completaban la escena y yo, ahí, deleitándome con cosas que acá en Antofagasta son dignas de ser llamadas "raras", porque para qué estamos con cosas, acá aún estamos en la época del "oh! Romeo, ¿dónde estás que no te veo?".
Nada más que decir. Sólo si alguna vez se topan con la Patogallina, salúdenla y contemplen el trabajo de estos artistas. Apuestas de este tipo podrían verse más a menudo, porque personas como yo que somos más bien impávidas, llegamos a tener una lagrimita simplona, pero decidora en los ojos.
PD: no contaré la obra en el sentido contenidista. ¿Referencia mínima?, cualquier libro de historia de Chile (puaj). Busque en 1907 "Matanza de la escuela de Santa María, Iquique". Además... el libro de Hernán Rivera Letelier "Santa María de las flores negras"

Del baúl de las fatalidades


El agujero de la verdad
Metí mi cabeza en el agujero, era lo bastante grande como para introducir mi cuerpo, pero sólo quise echar una mirada al interior para ver que era lo que estaba pasando allí.
Una luz tenue se podía avistar en el fondo, algo así como un has que se originaba desde el interior hacia el exterior y que en ocasiones me hacía parpadear rápidamente, ya que era demasiado fuerte para mí.
De pronto, aquella luminosidad se tornó un tanto rojiza provocando curiosidad en mí. Decidí ir más allá y luego de un segundo ya me encontraba metida completamente en aquel agujero. Era húmedo y el olor que se desprendía de sus paredes era lo bastante desagradable como para salir enseguida. Sin embargo, quise continuar con esto de la exploración y el seguimiento de la luz porque, claro, en ese momento no tenía nada que hacer más importante que perseguir una cosa que cambiaba de color constantemente y que me provocaba esa misma curiosidad que mató al gato.
Lo más impresionante que ocurrió en ese momento fue la iluminación total del lugar. Al principio pensé que alguien del otro lado había encendido una linterna para alumbrar mi camino, pero no fue así. Las paredes se llenaron de colores inimaginables y de figuras un tanto abstractas que difícilmente podían descifrarse, pero que al ser tan bellas invitaban a la contemplación.
Comencé lentamente a mirar a mi alrededor y me encontré con dibujos de mí misma, caricaturizada y bien definida, arcoiris mágicos y algunas letras escritas como por un niño pequeño haciendo su caligrafía para el colegio. Me costó unos minutos entender lo que decía aquella frase, pero cuando por fin lo hice, cuando por fin pude ver qué es lo que decía eso escrito en la pared del agujero, preferí salir inmediatamente, retrocedí lo más rápido que pude y salí al exterior desde el mismo lugar por donde entré sin desear en mucho tiempo volver a ese lugar.

Mi nombre soy yo



El ser individuo
¿Qué es realmente estar dentro de un mundo en donde lo único que prima es sobrepasar a los demás sin importar cómo?.
Quizás muchos de los que lean esto, se habrán preguntado lo mismo alguna vez mientras estaban tirados sobre la cama con los ojos apuntando hacia el techo y además, como si todos los pensamientos que rondaron por sus cabezas fueran verídicos y contrastables con la realidad, pensaron en cambiar la situación en la que se veían envueltos. Sin embargo, al abandonar esas cuatro paredes que más de algún secreto guardan, se encontraron con la sorpresa de que allá afuera era todo igual, contemplaron cómo la gente se comporta de manera similar a la de un rebaño de ovejas, todos siguiendo a su propio líder, sin saber en realidad quién es y además de todo, lo único que se aprecia en el entorno que los rodea es la monotonía que puede compararse con una hilera de hormigas, todas hacia una misma dirección y sin un rumbo fijo, sólo en busca de lo necesario para subsistir.
¿Por qué el hecho de ser individuos nos impide el de ser personas?. ¡Claro!, porque incluso en las circunstancias más extremas (y a veces no tanto), no conocemos ni el nombre de nuestros vecinos y sólo nos limitamos a reclamarle cuando deja el auto estacionado en "nuestro" lugar o cuando los niños hacen mucho ruido y eso nos impide ver "nuestro" programa de televisión favorito.
Esto del individualismo y la incapacidad casi enfermiza de no lograr ser persona me llevó en más de alguna ocasión a detener el paso y quedarme inmóvil contemplando a la gente que camina por calle Prat a eso de la una de la tarde. Lo único que pude percibir fue movimiento. Los pies de la multitud parecían ir en contra de la corriente, apurados, sin ninguna interacción con el resto y lanzando incluso improperios contra quien pasara a llevar casualmente lo que llevaban en sus manos.
Realmente somos un rebaño de ovejas que algún día encontrará la salida, y cuando lo hagamos, podremos por fin romper la fila en la que hemos caminado siempre y entraremos en la que para algunos es un mundo nuevo y desconocido: el mundo del ser persona. Sólo depende de nosotros.