lunes, julio 25, 2005

En un velado encuentro

Cortometraje fotográfico
Tenía la foto allí, cerca mío. Estaba intacta, me agradaba y nunca pensé en su destrucción, al contrario, creí que habría ampliaciones, copias, enmarcados clásicos y vanguardistas. Todos pensaron que perduraría.
Eran cuatro individuos posando alegremente. Siempre estaban metidos en constantes discusiones, pero no por eso abandonaban los márgenes del papel. El mayor de ellos era bonachón "con cara 'e buena gente" y al mismo tiempo silencioso; el que le seguía un tanto retraído, enajenado en ocasiones y siempre bien perfumado. A su lado estaba el tercero en edad: también retraído como el segundo, miedoso, cobarde y a ratos (pero sólo a ratos) feliz. Por último, el cuarto y el más pequeño era tan solo una tabula rasa que aún no tomaba partido en ninguna situación. Sólo se dedicaba a observar.
A pesar de tener en mis manos ese trozo de papel con aquellos personajes, no me percaté de la hendidura que a modo de prepicado dañaba el material. Poco a poco se fue cortando en cuatro partes iguales sin que nadie pudiera dar fe de lo que ocurría en el material a todo color.
Pasaron los años y la fotografía terminó por romperse. El momento preciso del accidente fue tan silencioso como el camino a su muerte.
Ahora, los cuatro personajes que posaban "felices" tienen la (in) felicidad de seguir posando. Todos en diferente frecuencia, siendo lo más trágico de todo el encuentro: aún invisible.

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