jueves, febrero 09, 2006

Cuenta cuentos

El viernes, la “cleta” y yo
Todos los viernes tomaba su bicicleta para salir raudo hacia la biblioteca.
- Lo siento hijo. No tengo dinero para comprarte el libro.
La “cleta” era sencilla. Para amononarla, le colocaba por entre los rayos de la rueda un trozo de plástico para que el sonido simulara una motocicleta.
- ¡Tu bicicleta es chori!.
Tomaba su morral, ataba los cordones de sus zapatillas rotas ya por tanto andar y partía a la biblioteca que quedaba no tan cerca ni tan lejos de casa.
- Quiero un ejemplar de “Platero y yo” por favor.
Y allí tomaba asiento. Quedaba poco para la prueba y debía terminar la lectura.
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón...”.
A sus ojos les resultaba difícil seguir línea por línea. El ruido de las micros, del señor vendiendo helados, las mujeres gritoneando a sus hijos y la bibliotecaria hablando por teléfono. Todo le resultaba agobiante.
- Tendrás que volver la otra semana.
Al llegar a casa, no paraba de hablar de lo nuevo que había visto y aprendido. Cantidad inimaginable de estantes, libros llenos de ilustraciones; algunas a color y otras en blanco y negro, muchas personas y el cartel de “silencio” colgado en la pared.
- Cuando grande seré dueño de una biblioetca.
Por las noches, soñaba que iba montado en un libro gigante y que muchas letras le seguían. Él era el rey del abecedario. Todos los acentos se rendían a sus pies.
- ¿Algún día podré tener mi propio burrito?.
Otro viernes. La “cleta” estaba apoyada en la pared esperando por el viaje. Pantalones cortos, zapatillas gastadas, morral de cuero, peinado hacia atrás.
- Quiero un ejemplar de “Platero y yo” por favor.
- Lo siento. Están todos prestados. Tendrás que volver el próximo viernes.

6 comentarios:

j. dijo...

yo iba a pata y con zapatos de colegio después de clases a la biblioteca, bueno, todo de colegio, camisa celeste, pantalón gris con unos cuantos pelotazos marcados, las rodillas gastadas y una corbata flacuchenta... ahí descubrí a saúl schkolnick...

algunos viernes pedía el librito con las leyes del tráfico para ver los monos (las señales del tránsito)... aún no tengo licencia de conducir, pero no importa mucho, para la bicicleta no es necesaria... saludos

lindo lindo lo de la bici... dulce como el mago

ale dijo...

te agregue a mis links

poetarafa dijo...

Entiendo el sentido de tu post, aunque soy bien malo para las lágrimás una se ha escurrido de mis ojos al leer tu escrito y me trajo recuerdos. Chaoo, si no te entiende alguien, no importa, no tiene porqué hacerlo.

Oscar Flores dijo...

Ciertas cosas nunca estarán ahí..

Anónimo dijo...

mmmm... esperando cada viernes por leer.... que bien.... es autobiográfico el relato?.....
creo que nunca fui asiduo a alguna biblioteca.... me bastaab con la casa :p......
en fin.....

Saludos!!:D
JCM

aguirrebello dijo...

Me gusta la del burrito.

A