Allá, cerca del río, existe un príncipe que le canta a la oscuridad.
No es de aquella realeza de capa y corona. No.
Éste posee el don de la música y colgando de su hombro está su no-varita. Su bajo de cinco cuerdas.
A decir verdad, éste es un no-príncipe. Un mago de aquellos que hechizan con tan solo una idea, una frase... una palabra.
En su mente recorren un sin fin de aseveraciones que dejan siempre boquiabiertos a los participantes de la tertulia.
Tras los cristales, se posan los ojos. Aquellos que iluminan su propio camino como queriendo imperar por sobre su existencia.
Sapos, pseudo reyes, mariposas y lechuzas mágicas se sientan a diario sobre las rocas a escucharlo pregonar.
Su labia es exquisitamente envidiable. Su modulación es la correcta y aunque peca de dominguero, la cosa siempre sale bien. El bajo lo ocupa para deleitar a los asistentes. Una especie de bufón serio.
Tras el cristal esconde la magia. Tras el cristal está la verdad. Tras el cristal estás tú.
8 comentarios:
¿Sabes? Tu sólo palpitar hace que las melodías surgan, como poseídas por el dulce latir de vuestro pulcro corazón...
La musa inspiradora es aquella que, sólo con imaginarla, recrea los mejores sentmientos en mi persona.
La musa inspiradora eres tú.
Un beso
Bajo el Cristal esta don K... y ojalá algún dñia me llegué algún disco de su banda a mi casa...
Espero...
Saludos a los dos!!!
Que bonito!
Saludos,
Hasta luego.
Gracias por la visita y te regalo un texto antiguo de mi jackeado blog...
jueves, julio 21, 2005
La circunvalación de la despedida
Mi última acompañante de cama escapó por el ojo de la cerradura en su avión de ruedas, mientras mi presencia le recordaba un viejo código de la ornitosociología.
Magullé su chasis, me quemé en su hoguera de mujer premadura y postadolescente; bebió mis imágenes y acepté su reto de antaño y mi frescura de añil; bebí de su copa de madre y de sus hojas transmigratorias y mientras me percataba de aquello, el viento se llevó mi ser más allá de la cordillera.
Volví en mí para retomar la realidad y admitir que nuestros sueños fueron los maceteros de la transición, el eco del boinazo y la mácula de la detención de Pinochet en Londres y la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad, protagonizada por el FPMR, como si se tratara de un neblí preposmoderno.
Por eso estas palabras tienen un dejo pena, como una guedeja llena de memoria y nostalgia ya asumida por el paso del tiempo y la historia política.
El reflejo del sol me golpeó el rostro cuando desperté en la circunvalación de la despedida, Santiago Bueras con Inés de Suárez, clínica histórica para un hecho simbólico: el beso.
Se fue buscando sus pasos de tres dedos y una tobillera de 35 milímetros de ansiedad, apresurada por el atraso de sus tiernas plumas, su abrigo invernal, sus guantes de polar y una sonrisa que olía a trabajo.
Hacia el oriente, en cambio, iban mis destinos de caballos de letras y vínculos desesperados por la verdad y el aplomo de la prensa. Un libro a medio terminar, un taxi que no avanzaba y la sensación de que ese toma y daca bacteriano llamado ósculo, se había convertido una vez más en el tan conocido tráfico de almas[1].
[1] Esta última expresión se la copié al columnista de La Nación, Marcelo Maturana, de uno de sus escritos: “La Lengua del Alma”.
Me encantan las chicas bonitas con lentes.
Feliz año y un beso muy gordo.
El amor... el amor...
No sabía que tu principe no-principe era bajista, tan solo sabía que gracias a las aclaraciones que nos hizo en ayudantía de ciencias 2 logré pasar el ramo jajaja.
Saludos y un abrazo!
Nada que decir aunque lo escriba!
Saludos
Alejandro
que bonito.
Saludos.
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