Maldito calor

Pulgar abajo

Puede que allá afuera haya un lindo día de verano. Que en cada jardín, estén floreciendo miles de pequeñas plantas que juegan a la fotosíntesis cada mañana.

Puede que todos los vecinos se despidan de sus flamantes esposas al mismo tiempo... 1,2,3 beso en la mejilla derecha.

Tras las rejas blancas están las mascotas, listas para ladrar, maullar, roer o lo que sea al compás de los rayos del sol.

En cambio, si bajas al subterráneo, si ves por un instante con atención bajo la tierra, podrás ver la putrefacción de todo el lugar. Las caras amables se convierten en miradas que acomplejan, flojera descomunal, horas del día que pasan sin ninguna piedad y todo se convierte simplemente en nada.

Allí está la princesa, reina de la almohada con sus uñas intactas, la piel tersa y su pelo sedoso y bien cuidado. Su traje, obviamente sin ninguna mancha, vuela armonioso por el césped mal cuidado y las semillas florecen a su lado como si de un homenaje se tratara.

- Yo puedo hacerlo mejor.

¿Entonces por qué no lo haces?

La fila es grande y está ella inmersa en ella. Con una silla de playa por supuesto, sus pies no pueden desgastarse.