domingo, mayo 28, 2006

Dominguerías

Desde mantenido hasta cafiche
(o extracto de todo lo que una mujer puede decirle a su ex marido un domingo en la mañana)
¿Qué otra cosa más puede suceder un domingo que la visita de "la otra"? Sí, la otra.
Ustedes se estarán preguntando:
- ¿Y quién es "la otra"?
Bueno, esto sucedió "un" domingo. Jornada en que la mayoría de los seres humanos abre los ojos más tarde esperando a que por lo menos durante un día a la semana todo vaya bien, tranquilo, relajado. En fin. La cosa es que alguien tocó a la puerta a eso de las doce. ¿Quién podrá ser? *
*Nota aparte para responder a eso:
Usualmente la gente que puede llegar a visitar las casas un día domingo por la mañana es:

- El suplementero: pero él no toca a la puerta (salvo que venga a cobrar). Él sólo lanza el periódico.
- Los evangélicos y/o predicadores: ellos sí que tocan a la puerta esperando a que algún alma caritativa les reciba para escuchar La Palabra. ¿Tiene que ser el domingo en la mañana? ¿Tiene que ser posible?.
- Niños jugando al ringringraja: esto es más común en los veranos, cuando están de vacaciones o en la madrugada cuando los que van o vuelven del carrete andan arriba de la pelota.
Entonces dos viejecillas preguntaron por el individuo del cual no se informará nada (por su integridad física), y la persona que abrió, amablemente ofreció la entrada a la casa, a lo que las invitadas respondieron con un rotundo NO.
Bueno, el asunto es que salió el personaje en cuestión (el ex, en este caso) a recibir a sus visitas, pero quedó de una sola pieza al irse enterando a cada paso que daba que una las mujeres que estaba parada en frente de su nuevo hogar no era nada más ni nada menos que su ex mujer, con quien había convivido por 16 años.
El resto fue una empapelada de aquellas que uno no querría recibir en "el día del señor". Palabras como mantenido, cafiche y maricón brotaban libres como el viento por la boca de la enajenada, quien ni siquiera pudo medir ni el lugar donde estaba parada ni el volumen de sus dichos.
El hombre, aún de una pieza, movía sus brazos en señal de "ya oh' ", pero nada, la trastornada dale con insultar.
Que por qué él creía que nosequién le había pegado. ¡Claro!, porque lo habían pillado con otra mujer acostado en la misma cama donde dormía con su mujer. Que de dónde sacaba tanta plata para mantener ahora tres casas, que si acaso pensaba si podría reírse de ella... que...
Ya cuando la situación se había tornado casi insostenible, la persona que había abierto la puerta en primera instancia, tuvo que mediar en la situación diciendo:
- ¿Podría bajar el volumen por favor?
- blablablablablabla
- Pero resulta que usted está en mi casa, no sea ordinaria
- blablablablabla
Portazo.
Finalmente, mujeres fuera; hombre nuevamente dentro (eso, hasta ahora).
Foto: en google

jueves, mayo 25, 2006

Paso en falso

Vidde/2
Los rostros se pasean por entre los angostos pasadizos del metro de Santiago.
Uno con cara de francés, otra con pinta de alternativa... quizás aquel con paso de poeta.
Y ahí, en una de las estaciones del barrio semi - alto, estaba sentada la seria esperando por quien le dio la vida.
A su derecha, la mujer que publicita a los cuatro vientos el periódico que casi llega primero. A la izquierda un cerrado puesto de maníes.
Más y más rostros pasan intocables por su lado. A los 5 minutos, un viejecito apoyado en su bastón, camina lento y ¿seguro?. Cansado, toma la decisión de sentarse a respirar hondo unas 3 veces para poder continuar su vetusta marcha.
Los minutos pasan y las personas también. Es agradable detenerse a observar el comportamiento del resto. Observa, contempla... espera.
Foto: Aliosha

domingo, mayo 21, 2006

The Daily Planet

Superhéroe en decadencia
Así como vimos en algún momento de la vida al deprimido ratón Miguelito deambulando por las calles de Antofagasta trayendo consigo un canasto con alfajores "a 100", ahora es el turno del hombre de acero. Sí, el mismísimo superman fue visto contemplando el paisaje a través de una ventana del primer piso de una casa de reposo allá por Melipilla.
Deprimido, melancólico y lleno de dudas, el super hombre pasa sus días en una pequeña habitación. El mismo que alguna vez fue considerado como el único ser capaz de salvar a la humanidad, ahora es uno de los cuantos postergados sociales que habitan este mundo.
Algunos lo dejaron para seguir a Batman, argumentando que el de la capa roja se había convertido en un mamón. Otros nunca lo aceptaron, porque claro, qué superhéroe podía usar ese "mechoncito" en la frente sin siquiera depeinarse cada vez que salvaba a alguien. Incluso hubo personas que al ver las iniciales C.K. pensaron que se trataba del famoso diseñador de modas, Calvin Klein... un desastre. (Otro detalle: ¿acaso es cierto que el periodista del Daily Planet es el único super hombre que tiene una vida de humano aparte de salvador?).
El asunto es que este hombre, quien se convierte en un ser absolutamente vulnerable ante la criptonita, pasa sus días encerrado, nostálgico y pendiente de las revistas de farándula, las que siempre lo utilizaban para subir las ventas. Ahora Clark Kent es sólo uno más de los héroes en decadencia.
Foto: Marmota

miércoles, mayo 17, 2006

¿Me lleva por 100?

En la 611
A pesar de estar en un mes de otoño como mayo, el calor no abandona la ciudad.
En el paradero no hay nadie más que la seria. Una agradable brisa acompaña la espera y los rayos de sol hacen pensar que no hubo para qué salir con chaqueta.
A lo lejos ve venir una de aquellas micros "del futuro". La seria alza el brazo en señal de parada. Aunque va en segunda fila, el bus vira abriendo sus puertas al detenerse.
Subir
Saludar
Pagar
Recibir boleto
Buscar asiento
Por allá, cerca de la segunda puerta hay uno desocupado. Al lado, un viejito de unos 60 y tantos años. Mirándolo de reojo, vio que vestía una chaqueta color café militar (¿existe eso?), zapatos, pantalón de tela y camisa blanca.
La seria ya sentada, sacó de su bolso el libro de turno y comenzó a leer lentamente, como es de costumbre.
De pronto, siente que el anciano comienza a balbucear palabras extrañas, o quizás no tanto, pero ininteligibles a la primera. Pensó que le hablaba, que le pedía algo. A lo mejor ayuda; a lo mejor un segundo para hablar.
Pero no. Él miraba hacia afuera, como conversando consigo mismo o con algún amigo imaginario de aquellos años. Ya nunca lo sabremos.
Hacía calor en ese lado de la micro. Cuando se desocuparon dos asientos, la señorita de más allá, se cambió para apoyarse en la ventana, como es costumbre.
En la otra esquina se subió otro viejito. Éste usaba lentes con un marco negro y grueso. Y por su cara y contextura, bien podría haber sido una versión ¿moderna? del Chicho. En su cabeza tenía una hoja de árbol, la cual fue quitada amablemente por el sesentón casi en cámara lenta (una imagen hermosa). El monólogo fue interrumpido por el nuevo tripulante.
El resto del viaje fue conversa entre los dos. Risas y consejos urbanos. Amigos de la cuadra.
Al final de eso, una señora cubana quizás, su bebé diciendo "guau - guau" y la esquina de la parada.
Arreglar el bolso
Pararse del asiento
Tocar el timbre
Bajar.

domingo, mayo 14, 2006

Tamborileando

Oscar no quiso crecer más
El mundo es hostil. La vida de los adultos no es muy agradable y tan solo pensar en llegar a ese estado, deja cierto gusto amargo en el pequeño Oscar, quien el día de su tercer cumpleaños, tomó la decisión de no crecer ni un centímetro más.
Y así fue. Junto con la promesa venía un pequeño tambor de regalo. Su madre se lo había prometido la primera vez que lo vio, allá en la sala de partos.
Y con un salto, Oscar cumplió su palabra.
- Seré un gnomo.
Un grito. Nada más que un agudo grito podía lograr lo imposible. Ay de quien intentara quitarle su tambor, porque cualquier cristal que se encontrara en el camino sucumbiría al fenomenal "Oscar, el vitricida".
Y sin querer entrar en el mundo de los grandes, el pequeño pasó de todas formas por las calles de la adultez. ¡Y cómo no desatar algunos problemas!. Después de todo, y aunque tuviera la estatura de un niño de 3 años, Oscar se estaba convirtiendo en un joven que nunca supo quién era realmente su padre, con una mamá que murió, según él por comer demasiado pescado crudo y por haberse enamorado de una chica que sabía a vainilla, quien después termina embarazada. ¿Del pequeño gnomo?
Historia conmovedora. El mundo de la segunda guerra mundial tocado bajo el tamborilero, que terminó en un tren hacia quién sabe dónde, lejos de las faldas de su abuela.
"Somos muy pequeños para perdernos"
Foto: en google.

jueves, mayo 11, 2006

Common people

Entre churrascos y britpop
La petición era la siguiente:
Comprar:
*600 grs. de posta molida
*3/4 de churrascos
*5 chuletas de cerdo
*2 pechugas de pollo
*2 longanizas
*1/4 de queso
*1/4 de jamón de pavo
- ¿Y todo eso es pa' un asado acaso?
En fin, la compra se realizaba. El carnicero colocaba el pedido sobre la pesa eléctrica y la cifra aumentaba: 2 mil, 4 mil 500...

Y de pronto, ya en la fila para pagar en caja:

"I want to live like common people
I want to do whatever common people do
I want to sleep with common people
I want to sleep with common people like you"
¿Qué?, ¿carniceros britpop?. ¡Genial!. Es como en la micro una vez, el chofer de una amarilla subió el volumen cuando Morrisey hizo su aparición, entre el glamour de los vocinazos a las 6 de la tarde movía el dedito apoyado en la palanca de cambio.
¿Y qué? en los ochentas, y cuando mi abuelita aún vivía, gustaba de Tracy Chapman (creía que era hombre. Nunca supo lo contrario).
"Sorry Is all that you can't say...
But you can say baby
baby can I hold you tonight..."
Foto: en Google, música en allmusic

martes, mayo 09, 2006

NastiZol


No al empepamiento
Debo guardar cama
- ¿Y dónde la meterás?
...
Mal, pero ni tanto ya.
Con esa tos que aflora en los momentos más inoportunos.
- ¿Como tentarse de la risa en medio de la liturgia?
Exacto.
Gracias por el limonero.
Imposible respirar por la nariz.
Labios partidos.
No hay olores.
Pero bien, aunque ni tanto.
Foto: en Google.

viernes, mayo 05, 2006

Excavaciones

Tras el arbusto
Detente un instante y mira a tu alrededor. ¿Qué puedes ver?.
Hay árboles desnudos, gente que corre rauda hacia ninguna parte, música urbana de aquella que rescatas en una grabadora para un trabajo radial...
Sí. Hay de todo y para todos. Pero, ¿puedes siquiera sentir qué es lo que hay allá abajo?.
Después de todo, en eso nos estamos convirtiendo, en lo que yace bajo la tierra.
Si descorres un poco las ramas de aquel arbusto, podrás ver a los insectos comiéndose entre ellos. El horror de la putrefacción palpita como sonido de fondo y las campanas resuenan como el cántico de un réquiem.
Bajo ese enrejado pulcro, están las plagas, lo indeseable, la maldita conciencia de quienes se creen dueños del mundo. Se multiplican. Son ellos y no otros.
Bajo las raíces de ese otro árbol está lo obscuro. La luz ahí no ha llegado nunca y por más que los gusanos hayan constuido redes viscosas, el desagradable estentor ruge fuerte sobre el fondo de la tierra, remeciéndola y transformándola en polvo de vidrio. Las espinas clavan fuerte.
Ya superamos la etapa del demembramiento. ¿Qué nos espera más adelante detrás del arbusto?.
Foto: Aliosha.

martes, mayo 02, 2006

Pisadas flotantes

La vida sobre el asfalto
A tientas viaja por el cuadriculado suelo. El asfalto helado, recibe lo que alguna vez fue de su existencia: tibia, mas inerte y socialmente acabada.
Viddefotos
Gélido es el aliento que se desvanece por sus narices. La palma de su mano derecha pide más; la izquierda quiere que la tomen en cuenta, que la soliciten para luchar.
Los años hacen de él un inadaptado con experiencia. Por el camino a rayas va con paso lento, pero ansioso. No desea nada más que una botella de vino. Siempre dentro de un cartucho de papel.
Se siente como el rey de la nada. Todos lo rodean, sin embargo, son pocos los que lo notan. Arrastra sus pies buscando respuestas. Algo tiene que haber dentro de esta enorme caja de humo.
Los sueños que se esconden tras esa barba de meses surgen de pronto como la visita del cartero. A finales de alguna década, era un tipo con un círculo en su cabeza. Hoy, su cuerpo deambula intentando conseguir monedas para el pan. El alcohol y los perros son sus aliados; la calle su hogar. Su nombre finalizaba con el apellido Echaurren. Ahora es "el loco", "el viejo barbón"... "el viejo del saco".