domingo, mayo 14, 2006

Tamborileando

Oscar no quiso crecer más
El mundo es hostil. La vida de los adultos no es muy agradable y tan solo pensar en llegar a ese estado, deja cierto gusto amargo en el pequeño Oscar, quien el día de su tercer cumpleaños, tomó la decisión de no crecer ni un centímetro más.
Y así fue. Junto con la promesa venía un pequeño tambor de regalo. Su madre se lo había prometido la primera vez que lo vio, allá en la sala de partos.
Y con un salto, Oscar cumplió su palabra.
- Seré un gnomo.
Un grito. Nada más que un agudo grito podía lograr lo imposible. Ay de quien intentara quitarle su tambor, porque cualquier cristal que se encontrara en el camino sucumbiría al fenomenal "Oscar, el vitricida".
Y sin querer entrar en el mundo de los grandes, el pequeño pasó de todas formas por las calles de la adultez. ¡Y cómo no desatar algunos problemas!. Después de todo, y aunque tuviera la estatura de un niño de 3 años, Oscar se estaba convirtiendo en un joven que nunca supo quién era realmente su padre, con una mamá que murió, según él por comer demasiado pescado crudo y por haberse enamorado de una chica que sabía a vainilla, quien después termina embarazada. ¿Del pequeño gnomo?
Historia conmovedora. El mundo de la segunda guerra mundial tocado bajo el tamborilero, que terminó en un tren hacia quién sabe dónde, lejos de las faldas de su abuela.
"Somos muy pequeños para perdernos"
Foto: en google.

12 comentarios:

Andres dijo...

Que excelente texto. Quien no ha deseado volver a sencilla vida de un niño.

Natho47 dijo...

Debemos esforzarnos por no perder esa alma que todos llevamos dentro.

Jaime Ceresa® dijo...

Extraño a ese Oscar que todos tenemos dentro...el tiempo suele desgarrarlo de nuestro ser con fuerza..las responsabilidades, la sociedad, la maquina..pucha, ojalá no lo perdieramos.

Un beso.-

Alacran... es mi naturaleza... dijo...

aaammmm....interesante mundillo el de ese oscar, seria bueno visitarlo de cuando en cuando.

@ldo dijo...

Tengo un amigo que se llama Oscar
Tengo un amigo que se llama Aldo
Tengo una blogamiga que se llama Viddeara

Creo que todos tienen en común que en el fondo, aún se llaman Oscar.

Saludos.

Oscar Flores dijo...

mmm... interesante, sobre todo la figura del tamborilero...

Anónimo dijo...

lo lei el otro dia, pero vengo a decir ahora lo que me parece.... me parece una excelente desicion :O.....

Saludos!!:D
JCM
PD: creo que la ortografía me jugó una mala pasada :S.....

·º·DarkAngel·º· dijo...

Por la imagen me acuerdo de "El Tambor", hace unos años fui a verla al Cinearte Normandie... ¡grande Normandie!, acompañada de mi pololo. Él quería ir a verla porque era de esas películas que le recordaba a su papá. A su papá le encantaba el cine y le heredó ese gusto a mi morcin.

Lamentablemente tengo mala memoria para las pelis, voy a tener que verla de nuevo.

Saludos

Xmade-nyuX dijo...

excelente relato... cuantas veces he deseado de todo corazon mantenerme niña... pero cada dia es un paso mas lejos de mi esperanza... alguien me dice que micro puedo tomar para llegar al pais de nunca jamas??

franco dijo...

Hola Vidd....

Extraño este Oscar...no se si todos guardamos uno adentro...según Hernán Casciani un periodista argentino radicado en España que escribe muy divertido...muchos de nosotros llevamos una vieja en nuestro en interior...si una vieja...esa que disfruta cuando alguien se cae en la calle, se contenta con la derrota del equipo local ante su hinchada que sufre y llora...ja!
Que te pareció Nouvelle Vague?

El Coleccionista: dijo...

El otro día estaba sentado al lado de la ventana, en el depa de un amigo, en provi.

Miraba hacia abajo y veía la gente caminar, veía los sitios, caja de compensación, isapres, bancos...

BANCOS LOCA!! BANCOS!!!!

EN QUÉ RAYOS ESTAMOS METIDOS!!??

Muy Matrera dijo...

Cuando vi esa película por primera fue a los 12 años... Paradójico es que una semana después me llegó mi colorida invitación para entrar al mundo femenino. Y en ese entonces me sentí profundamente identificada con Óscar, pues no quería crecer, ya no podría subirme a los árboles, buscar hormiguitas, explorar por allí y por allá.
Mala cosa... pensé como Óscar, luego dejé de crecer, soy una adulta en un cuerpo de chica. Pero no logré mi cometido primigenio, que era el no madurar psicológicamente, por mí me hubiera quedado eternamente encaramada a un gran árbol y buscando hormiguitas.