viernes, agosto 18, 2006

En la tercera fila

El globo rojo
Ya estaba cansado de lápices y rutina. Las calles pedregosas punzeteaban todos sus sueños y la estrechez de los pasadizos lo volvían un ser cada vez más solo. Tímido e íntimo con su sombra, caminaba largas horas hasta llegar a la escuela, lugar (in)deseado para todo niño.
Bastó trepar unos centímetros para desatar toda la ilusión antes guardada en aquel maletín de cuero. Una cuerda y un trozo de goma roja inflada bastaron para convertir una pequeña alma en sonrisa perpetua.
Bajo la lluvia comienza la correría. Capas adultas socorren el viaje mientras el tranvía se aleja sin mediar explicaciones. Una dama deja volar por una ventana la inocencia de hace un par de horas. A pesar de eso, la fidelidad es una gran compañera.
El resto es un juego. Idas para allá y para acá. Un globo y su niño recorren por la vorágine del día a día sin pensar en nada más que el sonido de los zapatos en el adoquín. El tira y afloja no tuvo buenos resultados. La cuerda más larga salió beneficiada.
Una resortera terminó con todo. Dicen que fue una piedra lanzada a manos de un pequeño con las rodillas sucias. Allí, en lo irregular del cotidiano, el antiguo camarada encontró la muerte.
Aún cuando todo termina en el último suspiro, miles de coloridos ojos vuelan en su auxilio. Amarillo, azul, verde… no sólo el aire comprimido danza alegre en busca del salvador. Lo toman entre sus manos y lo elevan sonriente por las nubes aún blancas del día.
La línea trazada por la realidad se quebraja durante el viaje. Desde arriba todo es distinto. Es mejor con aire en los bolsillos.
After that: A la palabra del filme Le ballon rouge
Fotos: Aquí
Nota: sin PC. Barseando donde Kral

jueves, agosto 10, 2006

Snowman

El vuelo
Sí, lo sabemos. Vienen pronto las mariposas. El sol, esquivo aún, tiene una sorpresa escondida tras uno de sus rayos. Desde lo más recóndito del alma, surgen unas alas que revolotean cerca de nuestros ojos.
Allá en el fondo suena una melodía conocida (decida usted cual quiere colocar). Mientras se aprieta fuertemente la tecla play, las mariposas abrazan el aire y la ceguera se vuelve inminente.
Por ahí, cerca de aquella esquina, sube al podio el rey de los grillos. Comienza la obra musical.
Primeros acordes. El vuelo llega a nuestras habitaciones como la luz de la luna llena y las pupilas se dilatan al ver aquellas pelusas mágicas que brotan desde lo más hondo de sus respiro.
Cerramos los ojos y ahí está: la realidad con tonos de trompeta nortina, de allá del altiplano. Ojos rasgados, un teclado por delante.
Volvemos al vuelo de las mariposas. ¿Efecto mariposa tal vez?
Clímax musical, el aleteo no da más. Llega hasta lo profundo, lo intenso se hace melodía. Es inevitable el abrazo final, las alas rotas caen muertas. La tarea está hecha.
Foto: Google
"Photoshopeo": Viddeara

lunes, agosto 07, 2006

En silencio

¿Cuánto más?
El reloj vomita tiempo y las hojas del calendario tienen como objetivo morir en tan solo un par de segundos.
La mirada se dirige hacia una ventana empañada. Es una vista no privilegiada.
Ojos que repasan de izquierda a derecha. Líneas que se entremezclan. El resultado es muy incierto aún.
¿Cuánto más?
Foto: Google

jueves, agosto 03, 2006

Agenda Setting

El desfile de los muertos
Había un libro en cuyas páginas se escribía diariamente la muerte de millones de personas. Entre aquellas líneas se encontraban unos ojos electrónicos, miles de ellos que indiscriminadamente observaban cómo iban sucediendo los acontecimientos.
Los que firmaban en contra ahora se sumaban al carro contrario, después de todo habían sido minoría todo el tiempo.
Llamadas telefónicas. Procesos concluidos. Se acercaba la hora en que la fila se acortara y que el juez dictaminara sentencia.
Cuerpos en el lodo. El barro cubriendo hasta el más sensible de los llantos. Niños pidiendo por un poco de atención. No la de los seres del más allá, no por favor. Sólo un poco de atención.
¿Las mujeres?. Ellas sienten que todo está recién por venir. Desde los más íntimo ruegan por una oportunidad.
Vendas en los ojos, mirada técnica. La fila se desprende y forma cuadrados de 4x4 en los que cada pixel vale oro. No están por venir, están ya instalados en sus cubículos y dictan sentencia.
Foto: Google