Dando pequeños saltos por las pedregosas calles, voy pedaleando a paso rápido por algunas de las calles y avenidas principales.
Olvidando ciertas cosas, la mente se refugia en las esquinas y resaltos simples (o lomos de toro si se quiere).
La vida se va enredando en una cadena aceitosa y los rayos de alguna manera cortan la respiración que se agita con cada pedaleo.
El viento en mi cara me hace soltar un par de ideas asesinas y refirmo pensamientos crueles que venía desde hace un tiempo escribiendo. Las calles ayudan a derramar frases y los saltos a imprimirlos.
foto: google.
2 comentarios:
Es curioso; a mi conducir me embrutece la mente y se me hace complicado volcar mi mente sobre el papel cuando he tenido que coger el coche... imagino que con bicicleta es lo mismo.
Un saludo desde el Otro Lado.
Un saludo, deseándote un genial 2008!!!
Abrazote
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