Da un poco de náuses pensar en lo retorcido que se puede volver todo. De los cambios físicos y psicológicos que pueden atreverse a entrar en nuestra cabeza sin siquiera golpear avisando de su llegada.
Es tiempo de crecer, ser independiente, rascarse con nuestras propias uñas... (algo me detiene: dos niños pasean lentamente en sus bicicletas)
Decía, rascarse con nuestras propias uñas. Sin embargo, la cosa no es tan simple, si al final siempre dependerás de algo o alguien. Siempre estarás empeñado en aferrarte al más mínimo sentimiento, queriendo en ocasiones volverte un niño y estar a un lado de todas las circunstancias.
Cuatro paredes llenas de recuerdos, mas no todos los que necesito, están siempre dando vueltas en la noche. Ruidos que atemorizan y hacen abrir los ojos para repasar cada vértice.
Viene a veces vestido de ayer. Camina sobre el miedo - al parecer aún no se da cuenta de su actual condición - vestido de ayer. Nunca más de mañana.
foto: Viddefotos.