miércoles, junio 27, 2007

¿De qué estamos hablando?

Conflicto profesional
¿Qué hacer cuando uno trabaja en un medio en donde no muchas veces está de acuerdo con lo que se habla?
Bueno, perfectamente uno podría alejarse de ahí... después de todo "la puerta es ancha" y hay una fila de profesionales detrás esperando por ese puesto (aunque sea por 100 lucas y tengas tu diploma ahí aún sin enmarcar).
Ayer entrevisté a un empresario chileno que hace poco firmó una franquicia con la empresa más grande del mundo - de hecho no tiene competencia - de perlas negras cultivadas en Tahití.
El personaje, de 33 años, amante del mar, hace una década vendió una lancha para irse a surfear a Tahití. Allí conoció el asunto del cultivo de la perla negra, le gustó, se dedicó un rato a eso y ahora vuelve al país con algunos productos para ofrecer al chileno ¿corriente?.
Contó que aquí hay gente con mucha plata (de eso no hay duda) y que todos comprar mucho esta perla, ya que posee una belleza única, agregpandole además el tema de la exclusividad y lujo.
El producto más barato, onda el más "rasquita" cuesta 230 mil pesos y uno que otro collar con tan sólo 6 de estas perlas, 1.300.000 pesos. Ahí viene mi titubeo: ¿de qué estamos hablando? Ok, cada uno se gasta la plata en lo que se le dé la gana, pero ¿será necesario ponerse encima un collar de un millón de pesos mientras que hay gente que intenta solventar a su familia con 160 lukas?
Y claro, tengo que ser paciente, después de todo es mi trabajo. Escucho, intento hacer preguntas y realizar este reportaje. Hay que endurecer el cuero derepente.
Foto: google

jueves, junio 14, 2007

(en) sueños

En voz alta
Llevaba en una camioneta un cajón lleno de verduras.
Con cuidado, las bajó en silencio, sólo contemplando los escalones por los que debía subir para llegar a la casa.
Llegó hasta arriba y las dispuso una a una sobre la mesa, cabizbajo, con los ojos puestos en su actividad.
De lejos, ella le observaba preguntándose si algún día habría un sueño en que él le dirigiera la palabra, por último un suspiro que pudiera interpretar.
- Estás más bonita y buena onda.
- Ya. ¿Y tú qué sabes?
- Te he estado observando.
Y ahí despertó. Observó a su alrededor y sólo vio normalidad: las mismas cortinas, la misma cama, el mismo sol.
Un sueño fue. Sin embargo, esta vez, hubo palabras.
Foto: google.

sábado, junio 09, 2007

Diagnósticos

Un ser vulnerable

Parece que este año es "el año D". Al asunto del estómago que insisto, nada tiene que ver con la bebida, se suma ahora el diagnóstico que terminó por llevarme a la cama: Influenza.
Y ahí quedó mi discurso de la ultra responsabilidad, ahí bajo las sábanas, cuando ni siquiera pude plantar un pie en el suelo porque mareo, dolor de cabeza y extremidades, tos, congestión y fiebre (con escalofríos y todo) me sepultaron en mi habitación teniendo que ceder mi trabajo al bien ponderado Kral quien las hizo de reemplazante (y hace rato que se las trae con su sierra eléctrica jeje) en mi labor periodística.
Y claro, fui durante la campaña de la vacuna anti influenza, la misma que el gobierno había asegurado "gratis" para TODOS y con muchas dosis para que TODOS estuviéramos protegidos y blabla. No obstante, al llegar al consultorio más cercano no hicieron más que rechazarme por pertenecer a una isapre. Claro, puede que estén en lo correcto, pero en la isapre me dijeron que allí sólo vacunaban a personas de la tercera edad... entonces, si no tengo más de 65 años y no pertenezco a la salud pública, qué diablos hago? Sí, sí pude haberla comprado, pero y dónde quedó eso de la gratuidad sobre todo cuando al llamar al MINSAL para estampar un reclamo, el mismo señor que me atendió me dijo: "Deberían haberla atendido igual en el consultorio, veré qué es lo que puedo hacer, yo le devuelvo el llamado"... ... ... aún espero con una receta de 50 lukas bajo el brazo.
foto: Google.