domingo, noviembre 18, 2007

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La bailarina dedicó a la luna los más exquisitos movimientos.
Caderas, brazos y rostro se movían al compás de las melodías nocturnas.
El sol quiso presenciar el show, mas la rotación natural no se lo permitía.
De cabellos color ébano y ojos rasgados, la bailarina se sumergió en el sueño profundo de su público, todos con sus bocas abiertas esperando por los manjares.
Foto: http://www.anoukette.com